Casi 70% de la población paraguaya es obesa

Texto e ilustración creados con asistencia de IA.



Un alarmante panorama nutricional se revela en Paraguay, donde los últimos datos epidemiológicos muestran que el 69,3% de la población adulta presenta exceso de peso, combinando casos de sobrepeso y obesidad. Esta cifra posiciona al país entre las naciones con mayor prevalencia de esta problemática de salud pública en América Latina, evidenciando una crisis nutricional que trasciende las fronteras socioeconómicas y geográficas del territorio nacional.

La obesidad, específicamente, afecta al 32,4% de la población adulta comprendida entre los 18 y 69 años, presentando una notable diferencia entre géneros. Las mujeres registran una prevalencia del 37,3%, superando significativamente a los hombres, quienes presentan un 27,5%. Esta disparidad sugiere factores diferenciados que influyen en los patrones alimentarios y estilos de vida entre ambos sexos, requiriendo enfoques específicos para cada grupo poblacional.

El análisis por grupos etarios revela que las personas de 45 a 59 años constituyen el segmento más afectado, con una prevalencia de obesidad del 43,7%. Esta concentración en la edad adulta media coincide con factores como la disminución del metabolismo, cambios hormonales y la consolidación de hábitos alimentarios poco saludables. Simultáneamente, este grupo etario enfrenta mayores responsabilidades laborales y familiares que pueden limitar el tiempo dedicado a actividades físicas regulares.

La distribución geográfica de la obesidad presenta patrones preocupantes, con las áreas rurales registrando una prevalencia del 33,4% y el departamento Central alcanzando el 36,6%. Estos datos contradicen percepciones tradicionales sobre la alimentación rural y evidencian cómo la transición nutricional ha penetrado en todos los estratos geográficos del país. La urbanización acelerada del departamento Central podría explicar parcialmente estos índices elevados, asociados con cambios en los patrones de consumo y mayor acceso a alimentos procesados.

Las consecuencias fatales de esta epidemia se reflejan en las tasas de mortalidad por obesidad registradas en 2022, donde Ñeembucú presentó la cifra más alarmante con 11,6 muertes por cada 100,000 habitantes, seguido por Cordillera con 5,6 por 100,000. La obesidad no solo representa un problema de salud individual, sino que constituye un factor de riesgo crucial para el desarrollo de enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, contribuyendo significativamente a la mortalidad nacional y demandando una respuesta integral del sistema de salud público..


Comentarios